jueves, 13 de mayo de 2010

Capítulo XV: Sobre el inexplicable descubrimiento de Nomir y el movimiento de la Hermandad

Por los entramados del jardín se había encontrado con varios guardias más, pero el resultado al verle fue el mismo que había obtenido con anterioridad. No le hacían mayor caso que a una mosca que interrumpiese su visión unos zigzagueantes instantes. De repente tuvo la idea de imitar a Sirio, como en la aventura nocturna que les había relatado. Nomir se salió del camino, sin dejar de sentir la parte de él que le decía que se trataba de una locura, y se fue ocultando entre los arbustos y plantas. En una ocasión un guardia oyó un ruido y le siguió un rato, discutiendo con un compañero que por lo rauco de su voz se le antojaba grave y adusto. Para salir del recinto del palacio, no le quedó más remedio que encaminarse a la entrada del puente. Los guardas no hicieron el menor gesto de impedirle el paso, pero le miraron con extrañeza cuando salió de la espesura. Sus pisadas resonaban contra la piedra del paso empedrado hacia la ciudad. Cuando iba aproximadamente por la mitad, se frenó, pues el paisaje que tenía ante él cortaba la respiración.
La luna en forma de “C” invertida se recortaba contra la superficie del lago, donde también se reflejaban las diminutas chispas de luz, lágrimas palpitantes nómadas extraviadas de la bóveda celeste. Tal era la suavidad del espejo del agua que hasta las nubes peregrinas que pasaban cercanas a la luna eran visibles sobre su superficie, cual fantasmas negros reflejo de las pesadillas de los durmientes. Aquella noche el silencio era total. Ni siquiera había viento, que otras veces levantaba surcos sobre el líquido elemento, pues la tierra contenía la respiración hipnotizada ante tanta belleza. Más lejana, Nomir imaginaba la muralla de árboles que se encontraban a la vera del lago, elevando sus ramas hacia la noche. Pero reparó en que en aquella solitaria zona el frío cobraba intensidad, así que rápidamente dirigió sus pasos hasta la ciudad.


Sigo poniendo el comienzo de los capítulos, estamos ya en el XV y aún no sabemos fecha de edición, hay que tener paciencia.

2 comentarios:

Victoria dijo...

La paciencia a veces es buena cuando esperamos algo agradable.Perdona que no te haya visitadoantes amigo pero como sabes estaba pachuchilla,ya he regresado y queria darte las gracias por siempre estar y tu cariño..Besos Victoria

silvo dijo...

No va a quedar más remedio que tener paciencia pero es que se demoran mucho, gracias a tí por enseñarnos que todos los objetos son importantes si conocemos la forma de trabajarlos,besos y espero que te encuentres bien para seguir aprendiendo