Erik avanzaba en la vanguardia. Esa mañana habían rebasado el eje del Macizo de la Nieve Eterna por su región más occidental, donde su altura era menor y los pasos estaban transitables hasta en lo más crudo del invierno. El océano rugía por debajo de los pronunciados acantilados en mares de espuma y fulgor blanco, exigiendo justicia a la dura roca, golpeada por siglos de humildad y remisión. Una ventisca había caído, fría incluso para principios del otoño. El granizo y el aguanieve se colaban entre los ojos de forma intermitente. Nubes grises de furia y lamentos de la naturaleza amenazaban con descargar su magnificencia contra el mundo. Una capa de nieve a medio derretir cubrió el suelo, como si se tratase de una capa de harina espolvoreada. Las margaritas morían bajo la voluntad del heraldo del invierno. Una tierra tan antigua como las estrellas, una tierra más antigua que la luz del sol.
Erik sabía que su destino, la pequeña aldea de Tilremnist, no se encontraba lejos. Se trataba de la más nórdica en el Oeste de Bardana.
Se desviaron tierra adentro. Los árboles caducos les abrazaron con ramas desnudas y retorcidas. Un lobo aulló en los picos lejanos al tiempo que un precioso lago reflejaba la nieve recién caída que se había posado sobre un pico cercano, aparecido tras un desgarrón en la tormenta.
Teller observaba sin cesar a los prisioneros que llevaban atados de pies y manos, amordazadas las bocas y ciegos los ojos por cintas de oscura tela negra. No podía dejar de pensar en el destino que su impasible hermano les tenía deparado. Eran sujetados como fardos de carga por tres hombres de larga pelambrera y barba trenzadas, estilo de los hombres de Bardana. Un cuerno resonó lúgubre en lo alto de una cima. Las nubes volvían a cubrir el cielo de maldiciones silenciosas, mientras un águila real se escondía entre los peñascos.
Ya hace dos años que la editorial dijo que se iba a publicar este libro pero aún no lo ha hecho,este capítulo XXV es el último de este libro, el autor ya tiene un segundo registrado y está trabajando en otro más, esperemos que no se demore mucho más su publicación